Toda organización busca la optimización en la planificación y consecución de objetivos. Es posible encontrar varias metodologías para lograr estos resultados. Sin embargo, ninguna de ellas es tan eficaz y adaptable al perfil de una organización como el OKR.
OKR son las siglas en inglés de Objetivos y Resultados Clave. Consiste en un sistema de gestión basado en la definición de objetivos a diferentes niveles de la organización.
Esto se hace basándose en el modelo estratégico de la empresa, de forma que se establecen metas medibles y dinámicas, haciendo que todos los empleados trabajen juntos en una única dirección. Vea en este artículo cómo definir los OKRs de su empresa y cuáles son los beneficios generados por el uso de este método. ¡Disfrute de la lectura!
Compromiso de los empleados
Para alcanzar los objetivos establecidos para la organización, el compromiso de todos los individuos involucrados es de fundamental importancia. El objetivo del OKR es precisamente conectar la empresa, para que el equipo y los objetivos estén alineados, haciendo que todos los empleados trabajen juntos en una dirección unificada.
Cuando todos los implicados se sienten parte de un todo, se produce un aumento de la productividad. A diferencia de lo que ocurre en las reuniones de objetivos, que son celebradas por la dirección y luego sólo se transmiten a los demás niveles, al definir los OKR, el alcance es completo, dividiendo responsabilidades y proporcionando motivación.
El consejo de administración define las orientaciones y los objetivos a largo plazo y cada miembro colaborador determina las vías para alcanzar los resultados. Los OKR se hacen públicos, para que todos los empleados y equipos avancen hacia los mismos objetivos y sepan en qué se están centrando los demás.
De este modo, se genera un gran compromiso y se optimiza el rendimiento colectivo e individual. Esta visión de la conexión y la importancia de cada parte implicada no permite la desmotivación, ya que cada una de ellas entiende claramente su responsabilidad y relevancia para la organización en su conjunto.
Transparencia de resultados
Cuanto más difusa es la dirección y la delegación de responsabilidades, menor es la transparencia y, en consecuencia, menor la productividad. Una organización debe actuar como un sistema, en el que cada parte es importante y tiene clara su participación para el buen funcionamiento global.
Como el OKR es un proceso que funciona con metas específicas a corto plazo y gestión transparente, cuando es bien implementado, los resultados tienden a aparecer en un corto período de tiempo. Esta transparencia, dada por el compromiso de todos, aporta resultados muy concretos.
Al definir los OKR, los colaboradores y los equipos estarán siempre actualizados sobre la dirección que está tomando la empresa. Esto contribuye al desarrollo de cada miembro de la organización. El sentido de responsabilidad generado hace que cada uno busque agregar más conocimientos y desarrollar sus puntos fuertes.
Ciclo de aprendizaje
Incluso con objetivos bien definidos, existe el riesgo de que no se alcancen. Sin embargo, esto puede aportar una mayor madurez y comprensión. Cuando no se consigue un determinado objetivo, hay que analizar las razones por las que no se ha tenido éxito.
Esto servirá de lección para comprender dónde se produjeron los fallos y cómo adaptar el método de aplicación para alcanzar los objetivos, además de aumentar la percepción de la organización sobre el mercado en el que opera. Los feedbacks deben ser constructivos y continuos.
Este ciclo de maduración desafía la mejora y estructuración de los equipos de trabajo. La competitividad viene dada por la percepción que proporciona el ciclo de aprendizaje. El plazo para la consecución de los objetivos suele ser trimestral. Durante este periodo, es posible realizar ajustes que permitan un mejor desarrollo y consecución de los objetivos.
Facilidad de uso
En general, los OKR huyen de la burocracia y son más productivos y accesibles. Por su coherencia y simplicidad, son fáciles de implantar y utilizar. Hay dos componentes principales a la hora de definir los OKR, a saber
- Objetivos (O): es la declaración de la dirección que desea tomar la empresa. Deben ser sencillos, breves y fáciles de recordar;
- resultados clave (KR): consiste en las metas fijadas para alcanzar el objetivo. Lo ideal es definir de 2 a 5 resultados clave para cada objetivo. Deben ser cuantitativos y mensurables.
Ejemplo:
Objetivo: Aumentar los beneficios un 10%;
Resultados clave:
- externalizar la flota de distribución y reducir los costes en un 25
- Lanzar campañas estacionales en fechas conmemorativas y duplicar los ingresos respecto al año anterior;
- implantar un sistema de registro de proveedores con subasta inversa y ahorrar un 10% en las compras.
Los pasos para medir la eficacia del proceso de aplicación de los equipos se miden cuantitativamente. Utilizando una escala del 0% al 100%, o del 0 al 10, es posible tener simplicidad a la hora de medir lo que se está haciendo de forma estándar.
Con los objetivos bien definidos dentro de una visión realista y ambiciosa, de forma clara y objetiva, los resultados clave vienen a indicar si se ha alcanzado el objetivo al final del periodo establecido. El seguimiento de los resultados puede hacerse mediante correos electrónicos, tablones de anuncios, anuncios, entre otras herramientas, para mantener a todo el mundo al tanto de la marcha del proceso.
Por ejemplo, si el objetivo es aumentar el número de nuevos clientes potenciales en un 10% en el plazo de un mes, cada semana todos tendrán acceso a los datos de rendimiento de este objetivo. Al tener éxito en esta etapa, en consecuencia aumenta el número de ventas. Al no existir un patrón sistemático, el OKR se vuelve flexible, llevando la realidad interna de la empresa a las definiciones clave.
Resultados sorprendentes
Normalmente, los OKR de nivel táctico se estipulan trimestralmente y los de nivel estratégico, anualmente. Siguiendo al pie de la letra toda la definición de OKRs, buscando siempre ajustes para alcanzar los objetivos, los resultados aparecen de forma natural.
El seguimiento semanal ya indica si las medidas tomadas por el equipo fueron asertivas, por medio de la puntuación. Manteniendo el foco, los resultados surgen y al final del primer período pueden superar las expectativas. Esto impulsa a la empresa en la búsqueda del alcance de los objetivos de nivel estratégico &mdash largo plazo.
Recuerde que las métricas no miden el esfuerzo, sino la eficacia de las tácticas adoptadas por los departamentos. Tras la consecución de los objetivos a corto plazo, se implementarán otros OKRS para iniciar otro ciclo de objetivos bien definidos y transparentes para todos.
Así, el OKR pasa a formar parte de la cultura de la empresa, con sus definiciones directas y claras y la implicación de todos los departamentos. Todo este cambio interno repercute en los clientes, que recibirán un servicio optimizado y atractivo. Esto mejora la relación, haciendo que los propios clientes actúen en la difusión de los servicios de la institución.
Un mayor alcance de los clientes potenciales se sumará al objetivo estratégico y dará un mayor impulso a los indicadores tácticos. Este compromiso del cliente proporciona combustible y fomenta una productividad cada vez mayor.
Ahora que ya sabes cómo definir los OKR de tu empresa, ¡no dejes de compartir este artículo en las redes sociales! ¡Ayude a otros a optimizar su negocio a través de este método eficaz!