El concepto de Moda rápida (o Fast Fashion, en portugués) revolucionó el mercado de la moda gracias al abaratamiento de la mano de obra y también de las materias primas en la industria textil.
Rápidamente se convirtió en un fenómeno entre los consumidores, que pueden encontrar colecciones de este tipo en grandes tiendas como Renner, Riachuelo y C&A. Además de varias marcas extranjeras presentes en el mercado nacional, como Forever 21 y Zara, por ejemplo.
El nombre de Fast Fashion traduce bien el funcionamiento de este concepto de moda: prendas diseñadas en 24 horas y colecciones lanzadas cada semana. Todos los días hay novedades en los escaparates.
Sin embargo, la moda rápida no se limita a lo físico, ya que los minoristas están ampliando su alcance al mundo digital. Con la pandemia, muchas marcas sufrieron pérdidas de sus tiendas físicas, pero observaron un aumento inversamente proporcional del comercio electrónico. Esto se debe a que el modo de consumo también ha seguido el ritmo de los grandes cambios.
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Moda rápida a golpe de ratón
No es sólo ahora cuando Internet se ha impuesto como la preferencia a la hora de consumir. Según una encuesta realizada por ConQuist Consultoria, una empresa de consultoría e investigación empresarial, alrededor del 71% de los brasileños se han sumado a las compras online.
Esto significa que, paralelamente a este crecimiento, las empresas se están adaptando y migrando a lo digital. Y el mercado de la moda no se queda atrás, especialmente el Fast Fashion.
Las empresas se han expandido por Internet con una estrategia para llegar a nuevos consumidores, que se han sumado a las tiendas virtuales, ofreciendo líneas de ropa con diseñadores exclusivos y renovando las colecciones mensualmente; algunas incluso optan por la táctica de lanzarlas semanalmente.
En otras palabras, la idea de las marcas de Fast Fashion es que los productos estén a un clic de distancia, aprovechando también la oportunidad de incorporarse a sectores desatendidos por el comercio tradicional.
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Los nuevos retos del Fast Fashion online
Hoy en día, más que reinventarse para hacer frente a la creciente fragmentación del mercado e invertir en sus propios comercios electrónicos -creando una experiencia omnicanal-, las marcas de Fast Fashion se enfrentan a nuevos retos para conquistar y retener a sus clientes.
Ofrecer una experiencia de compra satisfactoria dentro del sitio, tener políticas de entrega y devolución diferenciadas, adoptar nuevas formas de comunicación con el público y adoptar una postura más ética y sostenible son algunas de ellas, ya que los nuevos consumidores se preocupan cada vez más por el medio ambiente y se adhieren a las marcas que hacen lo mismo.
Empresas como Renner, por ejemplo, ya se están posicionando respecto a las políticas de sostenibilidad en la fabricación de sus colecciones. En el VTEX Day 2022, en la conferencia "La transformación de los ecosistemas de la moda", Guilherme Reichmann y Tiago Dowsley hablaron sobre la transformación digital del Fast Fashion y la resignificación que están viviendo.
Además de la digitalización y las tendencias que la acompañan, para conquistar a un público cada vez más exigente y virtualizado, las marcas buscan actualmente alinear sus valores con los principios personales de los consumidores. Trazando una conexión más personal y cercana.
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